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fuente: .latercera.com |
A tal nivel ha llegado la publicidad de masas que no piensan en los daños que trae consigo y los malestares que causa en la población la propaganda presidencial. Algunos ejemplos a los que me refiero son los carteles, palomas, gigantografías, murales, panfletos, etc. Que además de ensuciar las calles contaminan visualmente las ciudades del país. Si la tecnología avanza a grandes pasos por qué no la utilizan para su beneficio, las redes sociales captan a la mayoría de los jóvenes, no las murallas repletas de consignas a favor de un candidato. Si se quieren dirigir al adulto mayor está la radio, la televisión o el diario. No las calles sucias de papeles con promesas que quizás serán cumplidas. Si nos creemos un país en vías al desarrollo debemos empezar a cambiar la arcaica forma de hacer publicidad, de manera sustentable y limpia. Les aseguro que con un poco de creatividad, algo que nos sobra, en publicidad presidencial nos podríamos ahorrar varios millones y liberarnos, así de esa indeseable propaganda.